...ALEGORÍAS DE UNA VIDA A TRAVÉS DE PENSAMIENTOS...
.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.
.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.
.*.*.*.*.*.

sábado, 8 de enero de 2011

Y como siempre...

Una despedida más… y aún no he aprendido a despedirme de ti.

Nunca puedo alejarme de todo lo que eres.

Exhausta del hecho de tener que dejarte, 
nunca puedo alejarme de todo lo que me das.

En un hueco en mi torpe inexistencia, un agujero negro que se agranda con cada despedida…en un foso de tristeza que se cierra con tus besos…me voy de mí, camino a la nada; me voy de mí, volviendo al sinsentido de esa no-vida en la que tú no estás cerca.

De nuevo el decirte adiós, me siento demasiado vacía sin ti, parece que todo desaparece cuando no te tengo.

No tengo apenas ganas de seguir escribiendo; cada letra que escribo empuja una lágrima más a lanzarse al vacío.

Lloro, lloro con y sin ganas al recordar nuestro último abrazo, el último beso, ese te quiero y ten un buen viaje… llámame luego y bla bla bla… ojala nunca más tuviera que escuchar esas palabras, ni tampoco pronunciarlas…

Sentada en el autobús, sentada en el coche, qué más da, siempre veo fuera de mi ventana esos coches que, veloces, dejan el tráfico atrás, que me hacen consciente de lo que me voy alejando de ti y me doy cuenta entre lágrimas, de que nunca conseguiré acostumbrarme a ello.